Desde que terminó el discurso el único título que se mantiene, inamovible, en la parte alta y a la izquierda de su portal es: “La presidenta insistió en que bajó el delito en el país”. Un título indignado que busca la complicidad de los ya indignados.
Clarín - obstinado, adolescente, siempre a la pesca de la tan anhelada “polémica”-prioriza el camino fácil de enfocar la inseguridad con tono moral. Y por si hiciera falta, agrega una encuesta: “¿Está de acuerdo con la Presidenta que bajó la inseguridad?”. Si o no, consulta. Rompe, así, con el único objetivo que, se supone, tiene la herramienta sociológica de las encuestas: conocer más y mejor a la sociedad. Por el contexto, por las opciones dicotómicas y por la burda demagogia de la pregunta que confunde estadística y mirada individual, Clarín busca refrendar un resultado. No quiere saber más, quiere que le den la razón. Y de tan previsible en su estrategia, no consigue sus resultados soñados, sus cifras ideales. Hasta las 15.30 de la tarde, el resultado no era de 90% contra 10%, ni 80% contra 20%. Era el más inesperado de 67% por el sí, contra 33% por el no.
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